Cuando veía a aquella gente descorchando cava a través de la pantalla de la tele, a Mónica le daba por pensar que se trataba de actores contratados para la ocasión. Nunca había conocido a nadie real a quien le tocara el Gordo de la lotería de Navidad.
– «Mamá, el padre de Laia dice que has engordado y que te quedaba mejor el pelo largo».Resulta asombrosa la rapidez con la que se puede torcer un buen día.